Zbigniew
HERBERT (1924-1999). Traducción de Florián Smieja
LA VUELTA DEL PROCONSUL
He decidido regresar a la corte del emperador
una vez más trataré de vivir allí
podría quedarme aquí en la provincia lejana
bajo las tiernas hojas del sicomoro
y el benévolo gobierno de los nepotes enfermizos
cuando vuelva no buscaré congraciarme
aplaudiré moderadamente
sonreiré a medias frunciré las cejas con
discreción
no me lo pagarán con una cadena de oro
la de hierro bastará
he decidido regresar mañana o pasado mañana
no puedo vivir entre las viñas aquí todo me es
ajeno
los árboles no tienen raíces las casas
cimientos la lluvia es de vidrio las flores huelen a cera
una nube seca golpea el cielo vacío
así pues regresaré mañana pasado mañana en todo
caso me vuelvo
tendré de nuevo que ponerme de acuerdo con mi
rostro
para que el labio inferior domine su desprecio
para que se vacíen totalmente los ojos
y para que no tiemble mi desdichada barbilla la
liebre de mi rostro
al entrar el capitán de la guardia
de una cosa estoy seguro no beberé con él vino
cuando me acerque su copa bajaré los ojos
y fingiré sacar de mis dientes restos de la
comida
además al emperador le gusta el valor ciudadano
dentro de cierto límite dentro de un cierto
razonable límite
él es en verdad un hombre como los demás
y está ya muy cansado de los juegos con el
veneno
no puede beber a placer siempre en ascuas
la copa de la izquierda para Drusio la de la
derecha acercarla a los labios
beber agua después sin apartar los ojos de
Tácito
salir al jardín y regresar cuando hayan
levantado el cadáver
He decidido regresar a la corte del emperador
espero en verdad arreglármela de algún modo
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